El paso histórico que descarta la búsqueda de una unificación pacífica como en las últimas décadas, que se basaba en un sentimiento de homogeneidad nacional compartido por ambas Coreas, coincide con el aumento de las tensiones, con la intensificación del desarrollo armamentístico de Kim y de las maniobras militares de Seúl con Estados Unidos.
Algunos expertos afirman que Kim podría estar intentando silenciar la voz del Sur en asuntos de seguridad regional y comunicar de forma más clara que pretende negociar directamente con Estados Unidos acerca del enfrentamiento nuclear, que se ha agravado debido a los desencuentros por las asfixiantes sanciones encabezadas por Washington contra su creciente programa de armas nucleares.
La declaración de Corea del Sur como adversario permanente, y no como socio potencial para una reconciliación, podría formar parte también de los esfuerzos para elevar la credibilidad de la doctrina nuclear escalatoria de Kim, que autoriza al ejército a lanzar ataques nucleares preventivos contra adversarios si percibe que el liderazgo en Pyongyang está bajo amenaza.
La medida norcoreana llega en un momento en que Kim impulsa sus alianzas con Moscú y Beijing en un intento por salir de su aislamiento diplomático y ampliar su influencia sumándose a un frente unido contra Washington.
Durante una reunión de su parlamento el lunes, el Norte eliminó también las principales agencias gubernamentales encargadas de gestionar las relaciones con el Sur, reportó la Agencia Central de Noticias de Corea (ACNC).
La Asamblea Suprema del Pueblo dijo que las dos Coreas están inmersas en una “grave confrontación” y que sería un grave error que el Norte considere al Sur como un socio diplomático.
“El Comité para la Reunificación Pacífica del País, la Oficina Nacional de Cooperación Económica y la Administración de Turismo Internacional (Monte Kumgang), instrumentos que existían para el diálogo, las negociaciones y la cooperación (entre el norte y el sur), quedan eliminados”, declaró la asamblea en un comunicado.
En su discurso ante la asamblea, Kim culpó a Corea del Sur y a Estados Unidos de elevar las tensiones en la región, citando la ampliación de sus maniobras conjuntas, el despliegue de activos militares estratégicos estadounidenses y la cooperación trilateral con Japón en materia de seguridad para convertir la Península de Corea en una peligrosa zona de riesgo de guerra, agregó la ACNC.
Kim dijo que es imposible que el Norte busque la reconciliación y una reunificación pacífica con el Sur, al que describió como un “títere de primera clase” de las potencias extranjeras que están obsesionadas con las maniobras de confrontación.
Además pidió a la Asamblea que reescriba la Constitución para definir al Sur como el “enemigo principal e invariable del Norte”. La nueva Carta Magna debería especificar que el país buscará “ocupar, subyugar y reclamar” Corea del Sur como parte de su territorio si se declara otra guerra en la península, agregó el mandatario.
Kim ordenó también la retirada de los símbolos de la reconciliación intercoreana para “eliminar completamente conceptos como ‘reunificación’, ‘reconciliación’ y ‘compatriotas’ de la historia nacional de nuestra república”.
El presidente de Corea del Sur, Yoon Suk Yeol, indicó durante una reunión de su gobierno en Seúl que las declaraciones de Kim muestran la naturaleza “antinacional y antihistórica” del ejecutivo de Pyongyang. Yoon apuntó que el Sur mantiene una firme preparación de defensa y que castigaría al Norte “mucho más fuerte” si lo provoca.
“La táctica falsa de paz (del Norte) que nos amenazaba con elegir entre ‘guerra’ y ‘paz’ ya no funciona”, afirmó Yoon.
En su discurso ante la asamblea, Kim reiteró que el Norte no tiene intención de inicial unilateralmente una guerra, pero tampoco evitarla.
El Comité Nacional para la Reunificación Pacífica había sido el principal organismo de Pyongyang para el manejo de los asuntos entre las dos Coreas desde su creación en 1961.
La Oficina Nacional de Cooperación Económica y la Administración de Turismo Internacional Monte Kumgang fueron establecidas para manejar proyectos económicos y turísticos conjuntos entre las dos Coreas durante un breve periodo de reconciliación en la década de 2000. Estos programas llevan años parados desde el deterioro de la relación entre los dos países debido a las ambiciones nucleares norcoreanas, y el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas los prohibió en resoluciones contra Pyongyang, que se han endurecido desde 2016.